La chaqueta Barbour es sin duda uno de esos artículos que definen una generación, pero al mismo tiempo, trascienden el tiempo. Representa la perfecta amalgama entre funcionalidad y estilo. Y, aunque hoy la veamos como un ícono de la moda, sus raíces están muy alejadas de las pasarelas.
Historia y orígenes de la chaqueta Barbour
La chaqueta Barbour, más que una simple prenda, encarna la esencia de la vida rural inglesa, representando una tradición que ha trascendido generaciones. Similar a las botas Hunter, su legado se ha perpetuado sin perder su valor, siendo diseñada no sólo para perdurar sino para ser reparada en caso de desgaste, porque el verdadero lujo reside en aquello que vale la pena arreglar.
Esta prenda se originó de la necesidad de los pescadores y marineros del norte de Inglaterra, quienes buscaban una vestimenta resistente al agua y al viento. Fundada en 1894 en South Shields por John Barbour, la firma inicialmente se dedicó a proveer ropas de aceite para la comunidad marítima local.
Aunque Barbour ha evolucionado con el tiempo, su esencia ha permanecido inmutable: producir prendas de calidad superior que protegieran contra los elementos. Esta firma, con raíces que se remontan a 1844, durante años se centró en fabricar prendas impermeables para pescadores, cazadores y trabajadores rurales, sin mostrar interés en las tendencias de moda. Sin embargo, todo cambió alrededor de un siglo y medio después, en gran medida gracias a la influencia de Lady Diana.
La Creación y la Mujer detrás del Diseño
Aunque existen varios modelos de Barbour, todos comparten una característica común: su acabado encerado que repele el agua. Los modelos varían en longitud y detalles, y entre los más destacados están el Beaufort, Bedale y Border. Y sí, estas icónicas prendas fueron diseñadas por una mujer. Margaret Barbour, CEO de la marca en los años 80, se inspiró en las chaquetas de caza francesas para crear lo que hoy es el Beaufort, probablemente su diseño más popular.
Diana de Gales y la Barbour
Aunque la Reina Isabel II ya había consolidado a Barbour como la prenda de elección para la realeza en excursiones al campo, fue Lady Diana en los años 80 quien realmente transformó su percepción. Con su natural elegancia y estilo, Diana incorporó esta pieza en su vestuario urbano, popularizándola entre las jóvenes de alta sociedad londinense, conocidas como las Sloane Rangers. La chaqueta pronto se hizo un lugar en las revistas y tabloides, solidificando aún más su estatus icónico.
Datos de interés
A lo largo de los años, Barbour ha trascendido el mundo rural. Desde Steve McQueen en sus carreras usando la chaqueta Barbour Internacional, hasta James Bond en «Skyfall» y Alexa Chung en eventos de moda. A pesar de sus variados coqueteos con el mundo de la moda y las celebridades, la marca ha mantenido su esencia y calidad. Una curiosidad para todos los propietarios: el Barbour no se lava, se encera.
El resurgimiento de un clásico
Con la moda actual, que valora la sostenibilidad y la atemporalidad, no es de extrañar que la Barbour haya resurgido como un esencial del armario. Es una prenda que combina tradición, calidad y estilo.
Sección shopping / clones
Si estás considerando incorporar esta pieza clásica a tu colección, te presentamos una selección de opciones que capturan la esencia de Barbour pero se adaptan a diferentes presupuestos y estilos.
Easy Wear 79,99€ – Pull & Bear 59,99€ – Green Coast 79,99€ – Springfield 55,99€
Barbour x Farfetch 400€ – Mango 129,99€ – Couchell 129€– Lloyd’s 129€ – Barbour en ASOS 329€
El legado de Barbour es innegable, pero nos encantaría saber, ¿cuál otro clásico de la moda te gustaría que analizáramos?
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